Me canse de las excusas que tú creías buenas,
Con las que tantas veces me ofendiste con dulce
disimulo,
Y me humillaste con tibio respiro,
Me canse de las excusas blancas que no
hacen daño a nadie,
Pero te destrozan el corazón y el orgullo,
Ese orgullo que personas como tú no valoran,
Y se meten al bolsillo para querer
utilizarlo cuando ya lo han destruido,
Me canse de mirar a un lado con los ojos
cerrados,
Las excusas que salían de tus labios despiadados.
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